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¿Qué es un Centro Apostólico?

Un Centro Apostólico es la manifestación de la plenitud del desarrollo de la ekklesía de Cristo en una ciudad, para representar y ejercer la autoridad y poder del reino y llevar la presencia de Dios para todas las naciones. El desarrollo completo de la Ekklesía, implica la presencia de los cinco ministerios de Efesios 4:11 plenamente maduros en revelación, autoridad, poder, tiempo y carácter, demostrado por un fruto en discípulos e hijos de Dios que reflejan la imagen de Cristo para transformación de la comunidad. Implica también un trabajo en equipo de los cinco ministerios, no solamente en coordinación y relación de pacto fraternal, sino también en honra mutua, en donde ninguno se considera superior sino servidor de los otros. Cada uno comprende sus fortalezas y sus propias limitaciones y el aporte de los otros hermanos para lograr la excelencia y completitud de formar a la Persona de Cristo en cada discípulo. Para que tenga la definición de Centro Apostólico, se requiere también que exista un equipo numeroso de líderes servidores enteramente capacitados, dispuestos y disponibles, que reflejen la misma autoridad, poder, revelación, convicción, de sus mentores apostólicos. El enfoque de la iglesia que aloja un Centro Apostólico, no es pastoral solamente dedicada al cuidado y mantenimiento de la congregación sentada en un auditorio, o solamente de multiplicación evangelística e iglecrecimiento. El tamaño en instalaciones o número de asistentes y la calidad del escenario y presentación de espectáculo de adoración y predicación no determina que sea un Centro Apostólico, sino el potencial desarrollado de transformación de la comunidad externa en principios, valores, cultura, ayuda a los pobres y rehabilitación de marginados, su influencia ostensible en los montes de comunicaciones, artes, economía, educación, ciencia, gobierno, así como su contribución al cambio de los índices de prosperidad y seguridad de ciudades y naciones. Un Centro Apostólico se caracteriza también porque posee una dinámica misionera desarrollada de alcance mundial atendiendo a la gran comisión del Señor: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones…” (Mateo 28:18-20). No solamente envía misioneros entrenados para evangelizar a países no alcanzados, ganar discípulos para Cristo y plantar nuevas iglesias, sino que efectúa operaciones y expediciones apostólicas intercontinentales de conquista espiritual, influencia y transformación de territorios. Un Centro apostólico tiene balance de fuerzas entre su dinámica interna de crecimiento propio y externa de alcance y transformación fuera de sus muros.

¿Qué es la Ekklesía?

Ekklesía es un vocablo griego que se refiere a la asamblea del pueblo ateniense, con autoridad y poder de gobierno, sobre una jurisdicción específica, para extender y preservar el reino de los imperios de Grecia y Roma. Es el término escogido por el Señor para nombrar a la reunión de sus discípulos. Jesús no escogió el nombre para la congregación de sus discípulos de “Tabernáculo” como en el antiguo testamento: “El tabernáculo de Moisés”. Tampoco escogió como nombre para la congregación de sus discípulos “El tabernáculo de David” pues en este caso debería nombrarse como “El Tabernáculo de Cristo”, ya que Moisés y Cristo fueron simples figuras de Cristo. Pero no escogió este nombre, pues se entendería como una extensión de la cultura y religión judía. Escogió el término ekklesía, porque es un término universal de todos los pueblos gentiles de la época, que no denota religión o cultura de culto religioso y ceremonial, sino gobierno y expansión de reino. “Ekklesía y Basileia” (Iglesia y Reino) encierran la autoridad, poder y expansión del imperio de Dios sobre toda la creación. La ekklesía presidida por sus apóstoles, es llamada a gobernar y administrar los misterios de Dios para todos los hombres, con la finalidad de transformar su mentalidad, su cultura, sus creencias, sus modelos, mediante el poder de la muerte y resurrección de Cristo y la palabra viva de Dios, sosteniendo su lucha contra los poderes invisibles del mundo espiritual que mantienen la esclavitud sobre las naciones terrenales en la base de la Victoria de Cristo. Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. (1 Corintios 4:1) Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. (Juan 18:36) Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra los poderes, las autoridades y los gobernantes de este mundo en tinieblas; o sea, que luchamos contra los espíritus malignos que actúan en el cielo. (Efesios 6:12)

WEB de Trabajo e información a cargo de la Secretaría General del Consejo Apostólico

Ap. Eduardo del Castillo

equipoapostolicomsa@gmail.com 

Personería Jurídica Especial del Ministerio del Interior y de Justicia,. Resolución No 4189 del 16 de diciembre de 2009

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